El paladar está formado por dos huesos que se unen en la bóveda del maxilar. La unión entre estos dos huesos se llama sutura palatina o sutura maxilar.
Idealmente, la expansión del paladar debe llevarse a cabo a una edad temprana, antes de que la sutura palatina haya fusionado completamente, un proceso que se completa durante la pubertad. En estos casos no es necesaria una intervención quirúrgica, sino únicamente un tratamiento ortodóncico con disyuntor, llamado RPE (Rapid Palatal Expansion).
Para pacientes cuya sutura palatina ya haya fusionado, el SARPE (la expansión palatal por vía quirúrgica) es el tratamiento recomendado.
El ortodoncista coloca el aparato disyuntor antes de la cirugía. Durante la cirugía, el cirujano maxilofacial realiza un pequeño corte en la encía y unos finos cortes en el hueso con un aparato ultrasónico para facilitar la expansión.
Tras cinco días de la cirugía, y siguiendo las instrucciones del especialista, el paciente empezará a abrir el expansor poco a poco, hasta alcanzar la dimensión necesaria para iniciar el tratamiento ortodóncico, entonces comenzará un período de estabilización de aproximadamente tres meses durante los cuales se detiene la expansión pero se conserva el expansor, haciendo que los huesos fusionen en su nueva posición.
Durante este proceso, se producirán espacios interdentales entre los incisivos centrales, o “palas centrales”, esto es completamente normal y se corregirá posteriormente con el tratamiento de ortodoncia.
En algunos pacientes, la expansión palatal irá seguida unos meses después de una cirugía ortognática para corregir otros problemas maxilomandibulares.
Este procedimiento evita en algunos casos la extracción de piezas dentarias para tratar el apiñamiento, también soluciona problemas como la mordida cruzada lateral, que puede generar molestias y desgaste dental, logrando al mismo tiempo una armonización de los rasgos faciales del paciente al igualar la amplitud de la arcada superior con la inferior.